Boletín Digital No. 419
abril / 12 / 2024
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#Opinión / El cuento de la flexibilización laboral
abril / 12 / 2024
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¿Está usted de acuerdo con que se enmiende la Constitución y se reforme el Código de Trabajo y para regular los contratos de trabajo a plazo fijo y por horas, cuando se celebre por primera vez entre el mismo empleador y trabajador, sin afectar los derechos adquiridos de los trabajadores?”
Pregunta del Referéndum (e), 21 de abril 2024
Una de las fábulas más reiteradas del poemario neoliberal, sostiene que, con una mayor flexibilización laboral, se conseguirá generar más empleo. Esa es la esencia de la pregunta del referéndum del próximo 21 de abril, con la que se quiere introducir un cambio en el artículo 327 de la Constitución[2], que prohíbe toda forma de precarización y la contratación laboral por horas. Y con la eliminación de esta prohibición estaría el camino allanado para resolver el problema del desempleo, según el gobierno.
La esencia del cuento
El punto de partida radica en la creencia de que las rigideces no permiten el funcionamiento adecuado de los mercados. Se asume que hay un mercado de trabajo. De suerte que, el trabajo, en tanto factor de la producción, es tratado como una mercancía. El argumento “ortodoxo, conservador y prudente” dice, además, que hay que eliminar las rigideces para que funcione dicho mercado. Por eso, fijar salarios mínimos termina por deteriorar el empleo. Para quienes defienden esa visión, salarios mínimos, pensiones e inclusive bonos son “fricciones” que traban los mecanismos “optimizadores” del libre mercado, de modo que su existencia crea condiciones “no óptimas”, que derivan en mayor desempleo o en peores condiciones laborales. Así que, al desmontar esas rigideces, se podría alcanzar un óptimo en la generación de empleo y, también, esto es clave en este cuento, conseguir una mayor competitividad en el mercado internacional, puesto que, como reza el complemento del dogma, la mano de obra en Ecuador es demasiado costosa.
En definitiva, con la introducción de contratos por horas se podría atender a aquella población que hoy no accede a empleo, sobre todo los jóvenes o inclusive aquellos trabajadores que son despedidos luego de cumplir 19 años de trabajo, por empresas que no quieren pagar la jubilación patronal, por ejemplo. Así, al flexibilizar los contratos de trabajo a plazo fijo, se eliminaría un escollo responsable del desempleo e incluso de su incremento.
Como para completar este cuento, la conclusión a la que llegan los verseros librecambistas y sus aplaudidores mediáticos, es que al menos parte de la culpa del desempleo radica en la defensa de sus derechos que hacen los trabajadores y trabajadoras sindicalizadas, puesto que, al impedir la flexibilización laboral, bloquearían la posibilidad para que otras personas desempleadas accedan a un empleo, impidiéndoles hacer realidad su derecho al trabajo.
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El perverso goce ante la violación de derechos humanos en detenciones militares
abril / 12 / 2024
Al inicio, tras declarar el estado de excepción, la presencia militar se desplegó y se instituyo como un imponente escudo protector, erigido para resguardar a la sociedad de las amenazas y brindar la tan anhelada seguridad. Sin embargo, con el inexorable paso del tiempo, esta noble defensa se ha metamorfoseado en una espada sin control, una hoja afilada que no distingue entre la justicia y la brutalidad. La presencia militar ha creado un entorno opresivo donde las garantías fundamentales son eclipsadas por la oscuridad de prácticas autoritarias apoyada por una sociedad que goza de la desgracia ajena.
Antecedentes
Ecuador sufre una crisis de seguridad que ha empeorado particularmente en los últimos tres años. Varios delitos bajo el catálogo del crimen organizado, como la extorsión (conocida en el argot local como vacunas), robo de vehículos, secuestro, asaltos a negocios, narcotráfico y el asesinato, han puesto en alerta a la ciudadanía.
Apenas empezaba el 2024 y ya nos veíamos azotados de incidentes impactantes en el país, como violentos asaltos a TC, secuestros de policías, fugas de líderes criminales e incursiones de grupos armados a las universidades.
Es frente a este escenario que el 09 de enero, el presidente, Daniel Noboa, declaró estado de excepción por 60 días en todo el país y con el decreto N.º 111, reconoce la existencia de un “conflicto armado interno” no internacional, identificando a más de 22 grupos delincuenciales involucrados catalogándolos como “terroristas”. Noboa instruyó así a las Fuerzas Armadas llevar a cabo operaciones militares para neutralizar a esos grupos «en conformidad con el derecho internacional humanitario y garantizando el respeto a los derechos humanos«.
Actualidad
Los operativos llevados a cabo por las Fuerzas Militares Ecuatorianas han destapado un oscuro panorama donde los detenidos y las personas privadas de libertad se ven sometidos a una serie de tratos que desgarran la dignidad humana y flagrantemente violan los derechos fundamentales, algo que sin duda va en contra de lo que estipula el DIH y los DDHH.
Recordemos que, el principio general de respeto a la dignidad humana […] es la principal raison d’être del Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos. El gran número de normas del DIH protege a las víctimas de los conflictos armados y limita los medios y métodos de combate, es decir, busca proteger la dignidad e integridad de las personas en los enfrentamientos armados; inclusive el primer principio del Conjunto de Principios para la protección de todas las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión, un instrumento de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas de Derechos Humanos (1998) menciona que:
Toda persona sometida a cualquier forma de detención o prisión será tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.
Finalmente, el Artículo Común 3 de las Convenciones de Ginebra, que se aplica a los conflictos armados no internacionales, proporciona un nivel básico de protección, prohibiendo la violencia, la tortura y el trato degradante.
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El grotesco lado de la violencia
abril / 12 / 2024
Tal vez, sólo tal vez, la pregunta debe ser abordada para comprender la actitud condescendiente del ciudadano israelí cuando se trata del exterminio del pueblo palestino. Si recurrimos a la historia, el lenguaje del fanatismo integrista y la superioridad étnica racial está presente en todas las guerras de ocupación, genocidios y propuestas imperialistas. Hannah Arendt, judía-estadunidense, una de las más grandes filósofas y humanistas del siglo XX, fue sometida a escarnio público por el gobierno israelí, la comunidad judía y el sionismo, al develar los argumentos esgrimidos por Adolf Eichmann, en sus crónicas del juicio Eichmann en Jerusalén (1962).
El dirigente nazi, para llevar a cabo la solución final de manera eficiente y racional no pensaba ni reflexionaba, era un burócrata. Eichmann, un alemán sin atributos, cumplía órdenes. Formaba parte de un engranaje. Sin remordimientos, como hoy los soldados israelíes asesinando niños, bombardeando hospitales, torturando, negando auxilio a los enfermos o mofándose de quienes sufren hambre, desolación y desprecio. Gaza representa actualmente y tiene el mismo significado, que el gueto de Varsovia en 1940.
Francesca Albanese, relatora de Naciones Unidas para Gaza, escribe en Anatomía de un genocidio, el objetivo de Israel y su gobierno es el asesinato masivo para destruir físicamente a los palestinos como grupo, bajo la doctrina de promover una limpieza étnica. Estamos en presencia de una gran crisis de humanidad, pero bajo el principio de la banalidad del mal, cuyo principio regulador es carecer de pensamiento y capacidad de juicio.
¿Y los israelíes que piensan? Salvo excepciones, como es de esperar, la mayoría comparte la visión gubernamental. No hay grandes manifestaciones, ni se rechaza la crueldad de sus soldados. Ellos quieren morir por Israel. Los palestinos no son seres humanos, Netanyahu los definió como monstruos. Enemigos de Israel a los cuales hay que exterminar. Destruirlos, quedarse con sus territorios. Mientras son considerados una amenaza, los israelíes confiarán en las políticas de exterminio. Sus libros de historia, sus relatos van en esa dirección.
Israel vive en los dominios de una propuesta totalitaria. Retomando a Hannah Arendt, Los orígenes del totalitarismo (1951), sus reflexiones calzan con los argumentos del sionismo a la hora de granjearse el consentimiento del pueblo israelí para llevar a cabo el genocidio contra el pueblo palestino. Así, la fuerza que posee la propaganda totalitaria de Netanyahu se centra en aislar a los israelíes del mundo real. De esta manera el “ideal de la dominación totalitaria son las personas para quienes ya no existen la distinción entre el hecho y la ficción […] y la distinción entre lo verdadero y lo falso, es decir, las normas del pensamiento” se han difuminado. Viven en una mentira permamente.
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El inversor más poderoso del mundo engaña a la gente para quedarse con su dinero
abril / 12 / 2024
En 2008, José Saramago escribió: «Vivimos en el tiempo de la mentira universal. Nunca se mintió tanto».
Los hechos le dan la razón constantemente y hace unos días lo hemos vuelto a comprobar en la última carta anual a los inversores de Larry Fink, presidente del fondo BlackRock. Con este moviliza más de 10 billones de dólares en todo el mundo y sólo en Estados Unidos controla el 88% de las acciones de sus 500 más grandes empresas .
La idea central de la misiva de este año es que, ante los desafíos globales que plantean la infraestructura, la deuda y la jubilación, «vamos a necesitar el poder del capitalismo para resolverlos».
En concreto, la carta es una constante reivindicación del papel privilegiado que se ha de conceder al capital privado y una llamada para que los más jóvenes ahorren para poder tener pensiones cuando ya no puedan seguir trabajando.
No voy a entrar aquí en un debate que necesitaría más espacio y que he desarrollado en algunos de mis libros, como Economía para no dejarse engañar por los economistas o Econofakes. Me limito a señalar que es un hecho que las más grandes infraestructuras del planeta no se han podido crear sin capital o impulso público, que la deuda, lejos de ser algo que pueda resolver el capital privado, es justamente lo que cada día crece más porque es el negocio que hace crecer a conciencia y sin cesar la poderosa banca privada y, por último, que los fondos de pensiones privados no sólo no son rentables sino que han quebrado frecuentemente y han debido de ser rescatados innumerables veces con dinero del Estado.
Lo que brevemente quiero señalar hoy es un detalle concreto de esa carta, un hecho incierto que menciona Larry Fink y que muestra sin posible discusión que el inversor más poderoso e influyente del mundo se inventa la historia para demandar unos privilegios legales y financieros que no se merece ni están justificados.
Insistiendo en esa idea central del poder del capital privado para resolver los grandes desafíos, dice Fink que, tras la crisis de 2008, Estados Unidos pudo recuperarse más rápidamente que Europa porque tenía una reserva de dinero, un mercado de capitales, de mayor solidez.
¿Cómo se puede tener la cara dura de decir eso para defender al capitalismo cuando lo que precisamente hundió a la economía de casi todo el planeta fueron la volatilidad, la fragilidad, los fraudes y la bancarrota subsiguiente de los mercados de capitales y de todo el sector financiero?
¿Cómo se puede tener la desfachatez de decir que fue la solidez del capitalismo lo que permitió recuperar a Estados Unidos cuando la Reserva Federal tuvo que inyectar 29 billones de dólares de dinero público para rescatar a la banca y a los fondos de capital que habían provocado la crisis? Una cantidad de dinero asombrosa, el doble del PIB de Estados Unidos en 2009, la mitad del mundial y, además, concedida la mayor parte en secreto, como después se supo.
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